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“Me vi antes de entrar a clases y también, después, al salir. Eso lo valoro. Voy a continuar registrando mis estados de ánimo, no sé si en la aplicación, pero sí en la vida”, dice una de las profesoras  al finalizar el taller de Estados de Ánimo donde participó un grupo de más de veinte educadores/as del Colegio Altamira guiados por Marco Cifuentes, director socioemocional del colegio, y Silvia Serra, psicóloga y coach parte del equipo de Pluralistic Networks. 

 

Se trató de un taller teórico-práctico con uso de la aplicación Mood Navigator para observar e identificar los distintos estados de ánimo que experimentan las y los docentes en su quehacer educativo y vida cotidiana. Este proceso vivido les permitió comenzar a tomar acción y cultivar estados de ánimo que pudieran expandir sus posibilidades, pudieron actuar sobre aquellos estados de ánimo que, si bien parecen restringir posibilidades, dan oportunidades de aprendizaje, autoconocimiento y desarrollo. 

 

Dentro de las potencialidades que comentaron los profesores al mundo educativo, reconocieron el valor de este tipo de aplicaciones y estrategias de aprendizaje para el autocuidado, de ellos mismos como educadores, de estudiantes y grupos, para indagar y descubrir cómo estoy, cómo me siento, por qué y cómo puedo actuar frente a ello o cómo reaccionar con el otro y cómo me cuido. Otro de los ámbitos que valoraron fue el abrir la posibilidad de enriquecer el lenguaje y poder reconocer los estados anímicos y emocionales propios, de los otros y de los cursos con los cuales trabajan, y con esto un aumento en la sensibilidad, percepción, consideración y cuidado para comprender mejor este dominio que es parte activa y esencial en el aprendizaje y en la construcción de relaciones con los otros y el mundo. También trabajaron la posibilidad de expandir estas instancias formativas a las familias, pues nuestros estudiantes provienen de diversos contextos anímicos familiares que marcan su forma de ser en el colegio y resulta de vital importancia, facilitar su reconocimiento, validación y aprendizajes en el área socioemocional.

 

“No sabía cerrar el año con mi curso y se me ocurrió tomar los estados de ánimo. Gasté muchos pañuelos, porque a veces no nos damos la oportunidad de recoger la emoción y el sentir de los estudiantes. A veces, especialmente en este año, vamos como caballito de carrera por el informe, la clase, el hito, las actividades, los protocolos y otras cosas, tanto que dejamos de mirar los estados de ánimo en lo demás o en mí, u otras veces, si lo veo en los demás, necesito darme el trabajo para que puedan expresarlos y conversar, actuar con ellos”, comenta otra profesora. 

taller de Estados de Ánimo

En el dominio personal, valoraron el cultivar la emoción de la serenidad, de tomar acción frente a algunos estados de ánimo restrictivos, darse cuenta de que dependiendo de las horas del día, los estados de ánimo son distintos, dejar de andar en el automático para detenerse a identificar lo que les está pasando, sentarse y pensar qué pasa y de qué manera afrontarlo.

El estado de ánimo en el que estoy embargado y la situación que estoy viviendo, no es algo independiente, está totalmente imbricado y son contagiosos. “Queremos seguir contagiando esto al resto de la comunidad. Ayúdennos a contagiar con esta forma de mirar lo afectivo del ser humano”, cerró el director Pedro Rosas invitando a contribuir en esta iniciativa. 

 

Finalmente, la jornada culminó con un intercambio de buenos deseos contenidos en una varita de lavanda, como muestra de reciprocidad que se expresa en la vida cotidiana, donde lo que deseo para mí, también se lo deseo a otros, por tanto cultivar el bienestar personal tiene maravillosos frutos colectivos.