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Entrevista a nuestra psicóloga del Segundo Ciclo

La salud mental de las y los estudiantes, es una responsabilidad que acogemos como institución educativa, cuidando y acompañando a nuestros/as estudiantes y sus familias en caso de ser necesario. 

Nuestra psicóloga, Raquel Cuevas, nos compartió algunas reflexiones sobre el cuidado emocional de las y los estudiantes, de cómo nos hacemos cargo y cómo nuestras familias lo pueden trabajar en sus casa. 

 

 

Considerando la crisis de salud mental post pandemia en niños, niñas y jóvenes. ¿Cómo nos hacemos cargo del bienestar emocional de nuestros/as estudiantes?

La salud mental de la población infanto juvenil enfrenta una profunda crisis, la que se complejizó aún más después de la pandemia.

Esta crisis se presenta a nivel mundial, nacional y, sin duda, también la hemos podido observar en nuestro contexto escolar.

Observamos un aumento significativo en las dificultades en relación a la salud mental de nuestros/as estudiantes, como mayores cuadros de angustia, ansiedad y depresión. Esto conlleva diversas implicancias, genera impacto negativo en el bienestar emocional y dificultades también en los procesos de aprendizaje.

En este contexto, como colegio, siempre nos hacemos cargo de fomentar una comunicación cercana y respetuosa, de crear un ambiente educativo en el que nuestros/as estudiantes se sientan cómodos y en confianza para compartir sus pensamientos, emociones y lo que les está pasando.

 

 

En nuestra institución educativa contamos con una comunidad  que siempre está atenta a reconocer e identificar señales de alerta en el ámbito socioemocional, con el fin de tomar medidas y buscar los abordajes más apropiados para cada estudiante. Contamos con instancias que otorgan espacios de acompañamiento, contención y orientación socioemocional.

Una estrategia central es realizar el seguimiento de sus procesos educativos y socioemocionales, todo esto, liderado por el importante rol que tienen las y los profesores jefes, en colaboración con el equipo de psicología, convivencia, mediación u otros educadores

También mantenemos una permanente colaboración y comunicación con las familias. Los padres, madres y apoderados son un pilar fundamental en esto, por lo tanto, es sumamente importante hacer un trabajo en conjunto para acompañar las dificultades de salud mental. Existiendo, en esta línea, instancias en que se les puede proporcionar orientación, sugerencias e incluso realizar derivaciones cuando se requiere.

 

 

A su vez, en el caso de estudiantes que cuenten con atención externa, como colegio y equipo, quienes acompañamos, estamos disponibles para colaborar con los profesionales externos y acordar las estrategias y adecuaciones necesarias para abordar de la mejor manera posible los procesos de nuestros/as estudiantes, cuidarlos y velar por su bienestar.

Finalmente, reiterar que todos estos desafíos requieren de una colaboración y alianza estrecha cercana entre familia, educadores, profesionales de la salud mental y la comunidad educativa en general para garantizar el bienestar integral de nuestros y nuestras estudiantes.

 

¿Cómo se cuida desde casa el bienestar emocional de niños, niñas y jóvenes?

La familia juega un papel fundamental en la promoción y prevención de la salud mental de los niños, niñas y adolescentes. Es importante que como familias nos preocupemos y velemos por los siguientes aspectos:

Lo más relevante es que nuestros/as niños, niñas y jóvenes puedan sentirse seguros, protegidos, atendidos y validados por los adultos que los cuidamos. Ojalá puedan sentir que reciben un amor incondicional, acompañados en sus emociones y que nos podamos mostrar sensibles y disponibles a lo que les pasa.

El tiempo es sumamente importante. Aunque sabemos que los desafíos de la sociedad actual quizás no nos permiten compartir con ellos el tiempo que quisiéramos, es importante tratar de pasar el mayor tiempo posible con nuestros hijos, aprovechar las actividades cotidianas, disfrutar de tiempo de calidad, darnos el tiempo de escucharlos,  marcando presencia y conexión con ellos y ellas.

Del punto anterior surge la importancia de la comunicación. Es importante preocuparnos de tener una buena comunicación, buscar instancias para conversar con ellos, escucharlos, indagar, saber de sus intereses, amistades. Lo anterior, fomentando un ambiente donde se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y emociones.

También es importante velar por tratar de establecer rutinas, mantener ciertos horarios, considerando ciertas actividades indispensables para su sano desarrollo, que esto los ayuda y proporciona estructura, además de dar seguridad.

Otro punto importante es preocuparnos por su alimentación y cuidar lo que están comiendo y cómo lo están comiendo. 

Otros aspectos que podemos mencionar tienen relación con cuidar que la cantidad de sueño sea acorde a su edad, que realicen actividad física acompañar y cuidar el uso de pantallas y redes sociales: en cuanto a la cantidad de tiempo que utilizan en ello y el contenido que consumen.

Es necesario entender que cada familia es una red de interacciones que se influyen constantemente, por tanto, el bienestar como el malestar de cada persona afecta a todo el sistema familiar, por tanto, se debe cultivar en conjunto, siendo los adultos los llamados a ser guardianes de este vital compromiso.

También, es relevante observar en todo momento a nuestros niños, niñas y jóvenes, de manera de reconocer cualquier cambio de conducta que nos alerte de alguna situación de riesgo o dificultad socioemocional que puedan estar experimentando, si esto ocurre, es esencial que cada adulto responsable solicite ayuda profesional e informe al colegio para poder colaborar y acompañar de la mejor manera, pues ese es y seguirá siendo un compromiso de nuestro equipo.