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Con esta célebre consigna de la revolución de Mayo 68, el pasado
miércoles 6 de junio, la destacada intelectual Diamela Eltit llamó a los y las
jóvenes estudiantes del Altamira a que asuman el poder de cambio que la
sociedad chilena necesita.

Por Mariano León, Corresponsal Equipo Prensa Altamira 2018

La charla tuvo lugar en el marco de los electivos del Área de Humanidades,
en uno de los cuales se están revisando los principales paradigmas que han
conformado el pensamiento que subyace en nuestra sociedad; entre ellos , el
feminismo como uno de los que más da que hablar hoy en día.

La idea es que los chicos y chicas tengan la oportunidad de conocer los principales
lineamientos que fundan el modo de ser y actuar que impera en el Chile
reciente, pero con la intención de criticar, cuestionar y problematizar estos
idearios, a fin de que sean verdaderos actores de los cambios que,
indudablemente, el mundo, y nuestro país, está muchas veces resistiendo.  

Por tal razón, nos interesa seguir invitando a más pensadores de la
relevancia de Diamela Eltit, porque reconocemos, y nuestro grupo de estudiantes
así lo demanda, que esta es una instancia significativa para seguir aprendiendo
 acerca de cómo pensamos el próximo
decenio que se avecina, del cual las nuevas generaciones serán los gestores.

Bajo esta perspectiva, durante una cálida y bien documentada
conversación, un grupo de estudiantes de 7o a IV medio tuvo la
oportunidad de conocer antecedentes del feminismo, así como también poder
revisar, junto a la escritora, los principales conflictos que aquejan a Chile
en lo que ha corrido de este año.

Durante el diálogo, se tuvo la posibilidad de conocer y deconstruir los
principales mecanismos de control y adecuación a que todos y todas nos
exponemos desde la infancia, a través de los roles que, en palabras de Eltit,
“se inocula tempranamente en niños y niñas por medio de juguetes y
vestimentas.

Una vez que se conocen las reglas del juego, señaló la autora de Lumpérica (1983),
“no se puede seguir siendo ingenuo frente a qué le regalamos a nuestros niños y
niñas. Toda vez que se le sigue regalando autos y camiones al niño, se le
continúa otorgando la facultad de conducir el mundo, explicó, en tanto que a
las niñas se las relega al espacio de lo privado, de lo más íntimo, al cuidado
de las muñecas y las cocinas”.

La  experiencia de vivir estos
encuentros, señala Luciano Vidal, estudiante del IV medio B y de los electivos
humanistas, “contribuye a la construcción del pensamiento crítico; romper con
la burbuja de la sociedad que nos rodea y cuestionar las estructuras morales
que conforman el día a día”.

Para la autora de la novela Fuerzas especiales (2013), quien
durante los años 80 además fuera una de las fundadoras del Colectivo de
Acciones De Arte, CADA, la experiencia fue enriquecedora y promisoria. Diamela
Eltit reconoce la importancia de estar cerca de los más jóvenes, sobre todo
para ayudarlos e invitarlos a que razonen comprometidamente el mundo que desean
habitar, ya que el riesgo de seducción que el sistema de capitales en que
vivimos, reconoce, es muy grande.

En este sentido, Eltit quiso enviar un mensaje a sus colegas profesores, a que sigan motivando a “que de verdad los estudiantes se piensen los cambios” y no incurran en repetir patrones y discursos que puedan diluirse. Es tarea de sus profesores acompañarlos en esta construcción de un mundo menos inicuo.