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A comienzos de este año, un grupo de estudiantes tuvo la iniciativa de
reconstruir y reestructurar los estatutos del gobierno estudiantil en torno a
un plan que abarcara una representación más amplia del alumnado. Esta propuesta
venía a obedecer una inquietud que se estaba presentando en torno al alumnado,
respecto de que existiera un sistema de representación más transversal, que no
reprodujera los mecanismos de centralización de poder. Con esto, se volvía
necesario reformular la estructura jerárquica en que estaba basado el sistema
de representación estudiantil que había perdurado durante la historia del
colegio.

Por: Cristóbal Depassier y Luciano Vidal del IVºB

Desde el punto de vista de Catalina Ortega, profesora de Historia de la Comunidad
Jacarandá, “era necesario que los estudiantes fueran capaces de generar sus
propias instancias de organización política dentro del colegio”. Ella hace
énfasis en la independencia que conlleva una estructura gubernamental
desarrollada a partir de las comisiones, y cómo el otorgarle un mayor espacio
de organización a los estudiantes, estos pueden generar y mantener proyectos de
manera autónoma dentro del colegio.

Fue bajo esta convicción que los mismos estudiantes se organizaron en
asambleas, en torno a la necesidad de construir, por completo, un nuevo sistema
de gobierno. De estos encuentros surgió la idea de constituir comisiones.
Como
señala Magdalena Aguayo, una de las impulsoras de la propuesta, “era necesario
fomentar la participación de la comunidad y tener una mirada más amplia en
relación con las inquietudes del estudiantado. Con ello se alcanzaba una voz
fuerte y más organizada en torno a los proyectos estudiantiles”.

En efecto, el sistema de comisiones permite consolidar grupos de
estudiantes cuya participación está determinada por sus intereses; la afinidad
es el principal método de organización, lo que permite que todos los grupos del
colegio cuenten con una representación oficial hacia el alumnado.
Este enfoque
de gobierno, además, reposa sobre los valores del proyecto estudiantil del
colegio, lo que garantiza que se lleve a cabo la propuesta integral del
Altamira.

Las comisiones, a diferencia del centro de alumnos, funcionan de manera
independiente y se conforman en relación con temáticas coherentes al proyecto
educativo del colegio,
siendo este uno de los requisitos fundamentales para la
consolidación de la propuesta.

El eje argumentativo que trajo por consecuencia la realización de una
reforma gubernamental recae en la necesidad expresada por los alumnos de
reconectarse con quienes los representan y de esta forma poder participar de
manera activa en los cambios y proyectos que se planteen o propongan por los
mismos estudiantes. Asimismo, la tendencia a la jerarquización en la estructura
de gobierno se limita a los cargos dentro de las comisiones, con lo que se evita
la concentración en un solo gabinete ejecutivo.

Estamos confiados de que esta iniciativa marcará un cambio en la manera
que nuestros estudiantes se comprometen con los procesos cívicos, lo que sin
duda es uno de los propósitos del proyecto altamirano.