Hoy, en el año de
nuestro claustro, volvemos a recordar las palabras de nuestro Presidente del
Directorio del colegio sobre cuál es el modelo de Educación del Siglo XXI
que hoy necesitamos y qué rol debería asumir el Altamira en ese contexto.
Pedro Rosas*, PhD, MsC, Ing,
posee formación de posgrado en Neurociencias Cognitivas, con estudios de Master
en Inteligencia Artificial. Es Doctorado en Psicología Experimental, en la
Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y en el Instituto Max-Planck de
Cibernética Biológica (Alemania). Es quizás por eso que cree profundamente en
una educación de nuevo tipo que proporcione a nuestros niños y niñas la
posibilidad de desplegar sus posibilidades creativas y de desarrollo en un
mundo altamente interconectado.
EL ESTILO ALTAMIRA Y
LA
EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI
“La escuela no puede estar ciega
respecto del cambio acelerado que estamos viviendo. Están transformándose nuestras
maneras de relacionarnos con y desde la tecnología, la forma de hacer política,
la economía, etc., y nuestra manera de hacer educación no puede estar fuera del
mundo en que estamos viviendo y del mundo que queremos. ¿A qué me refiero con
esto, en lo concreto? Déjame mencionar un ejemplo para ilustrar este punto: el
Cambio climático no puede quedar fuera de la escuela, porque ya es parte de la
vida cotidiana de las personas”, destaca Pedro, que además cuenta con
Postdoctorados en el Instituto Max-Planck de Cibernética Biológica y en la
Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
– ¿Cuál es
el sello que deseas imprimir en el colegio, desde el Directorio?
Déjame partir diciendo que estoy
muy agradecido de la confianza que Gloria Letelier y Fernado Flores han puesto
en mí y de la recepción que he recibido de parte de la Dirección y los profesores
del Altamira. Para mí es un privilegio hacerme parte, formalmente, de la
comunidad Altamira.
En una primera dimensión, deseo involucrarme activamente en el Proyecto
Educativo del Altamira, en conversación con la Dirección del colegio y los
profesores con el objetivo de poner el acento en la Educación del Siglo XXI.
El Colegio Altamira tiene un carácter
vanguardista y está abierto a entender que la antigua Educación del Siglo XIX o XX no
sirve en el mundo de hoy. A mí me
gustaría participar en la conversación sobre cómo transformamos la Educación de
cara al Siglo XXI, a los cambios acelerados que estamos viviendo, la tecnología
y la conectividad, los cambios culturales que nos parecen tan rápidos y a ratos
abrumadores, aspirando a ser compañeros de nuestros estudiantes en este viaje.
En una segunda dimensión, aspiro a
que el Altamira se convierta en un actor relevante a nivel mundial en la gran
conversación de transformar la educación; partiendo por nuestra comunidad, pero
mirando siempre en lo que podemos hacer más allá de los límites de nuestra casa
en Peñalolén y Chile.
-¿En qué sentido?
Por ejemplo, mi ambición es ver al Altamira conversando con gente de otros
países sobre su modelo de inclusión, su particular manera de entender la tecnología, su forma de relacionarse entre
los apoderados, profesores y estudiantes. Mi visión, en ese sentido, es llevar este estilo de educar y hacer educación a otras
partes del mundo.
¿Qué significa eso? No tengo el
método exacto. Hoy, esas respuestas las quiero construir con ustedes. Mi punto
es que me doy cuenta que aquí, en el colegio, hay un estilo que tiene mucho
valor para la Educación y sería muy valioso compartirlo y hacer del Altamira un
referente mundial.
EL NUEVO ROL DEL PROFESOR
Pedro está convencido de que “la transmisión y acumulación de conocimientos no funciona hoy. En estos momentos, la Educación, la
preparación de nuestros niños y niñas no pasa sólo por entregarles
conocimientos”.
“La Educación que estamos viendo
en los colegios corresponde a un modelo antiguo que genera mucha frustración. Es un modelo autoreplicante, que no mira ´mi
entorno´. Es decir: ‘Yo le enseño
Matemática para que pase la prueba de Matemática, para que, luego, entre a
aprender Matemática y pase la siguiente prueba, etc. etc.’. Pero este modelo no permite la conexión de la enseñanza con la vida
cotidiana”, explica.
-¿Cómo
visualizas la educación del Siglo XXI?
¡Esa es una tremenda conversación! Podemos
mirarla desde muchas perspectivas, pero partamos por la relación de los profesores
con los estudiantes, que es la relación más cotidiana, aunque no la única.
Como se entiende y se practica
hoy, el profesor es responsable de poner el conocimiento en la “cabeza” de los
estudiantes. A su vez, los estudiantes son responsables de aplicarlo en un
momento de su vida. Así se entendía la educación hace años y aún la practicamos
de ese modo. Pero esa comprensión no
funciona en nuestros días, porque el conocimiento está ampliamente disponible
debido a la interconectividad y, además,
porque los cambios acelerados que estamos viviendo hacen que el
conocimiento quede obsoleto mucho más rápido que antes.
En ese sentido, La relación del
profesor-estudiante tiene que cambiar. El profesor tiene que apuntar a ser más
un mentor. Esto implica volver a prácticas aún más antiguas de cómo se hacía
Educación, en donde el profesor es un compañero de viaje, un provocador del
aprendizaje del estudiante que pone a disposición recursos para que éste desarrolle
sus intereses, en un contexto más amplio que los conocimientos disciplinarios.
En la Educación del Siglo XXI, el
profesor ya no tiene la posición de “Yo sé más que tú; yo lo sé todo”. Sino, más
bien: “Yo tengo nociones de lo que se trata esto, investiguémoslo juntos”.
Veo a la Educación del Siglo XXI
mucho más conectada con el cotidiano, no ignorando lo que está ocurriendo. Por
lo mismo, ésta tampoco puede ignorar la conectividad. Hoy las fronteras no
existen. O son de otra naturaleza. Es
mucho más fácil que estemos conectados globalmente y eso tiene que ser parte de
lo que llamamos la Educación del Siglo XXI.
La pregunta de cómo yo, chileno, converso con chicos colombianos,
asiáticos o europeos, también debe ser asumida por la escuela.
Es complejo resumirlo, pero la
Educación del Siglo XXI tiene que mostrarles a los estudiantes el mundo que estamos viviendo, un mundo mucho
más conectado, donde hay también mucha más competencia y también muchas
posibilidades.
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* En el sector público chileno, Pedro Rosas se desempeñó en
el Consejo Nacional de Innovación de Chile desde mayo del año 2007 a marzo del
año 2015. Allí, abordó temas de política pública para la ciencia, en particular
dirigiendo un trabajo de prospectiva para determinar plataformas científicas y
tecnológicas pertinentes a sectores productivos con alto potencial. Dirigió la
iniciativa de campamentos científicos Chile VA! para jóvenes, durante los años
2012 y 2013, y fue el Secretario Ejecutivo de ese Consejo Nacional de
Innovación durante el año 2014. Desde el marzo del 2015 se desempeña como
consultor de la empresa Pluralistic Networks Inc.